De la muestra que en nuestro centro se está llevando a cabo, gracias a la iniciativa de Francisco Sierra, ya dimos noticia en nuestro main blog. Ahora, en este espacio, por recomendación de Joaquín, que comprendemos tras la relectura de este texto (ilustrativo de la imagen que pudimos admirar la semana pasada en el instituto), os lo ofrecemos, pertenece al libro de Stefan Bollmann cuyo título da nombre a esta entrada y comenta la Anunciación (1333) de Simone Martini:
Ya en el siglo XIV, las representaciones de la Anunciación de María no eran una rareza. Sin embargo, nadie había representado el acontecimiento como el pintor Simone Martini de Siena nos lo muestra en su obra La Anunciación. Las vestiduras y las alas del ángel están bañadas en resplandeciente oro. El mensajero divino parece haber llegado del cielo en ese instante. Sus labios están entreabiertos y las palabras que pronuncia brotan de su boca y atraviesan el cuadro hacia el oído de la Virgen: «Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres. Has hallado gracia delante de Dios y concebirás en tu seno. No temas, María.» ¿Y qué responde María? La actitud atemorizada de la Virgen de Martini fue advertida incluso por los espectadores contemporáneos del cuadro. Es como si buscara esquivar el poder de las palabras del ángel y retrocediera refugiándose en «su» rincón del cuadro. En el miedo de María hay una cierta actitud defensiva, combinada con una extraña indiferencia. Como si quisiera alejarse del desconocido, sujeta con fuerza su manto por debajo de la barbilla. Su mano izquierda sostiene el libro rojo -símbolo de su sabiduría- que estaba leyendo y que mantiene abierto con el pulgar para no perder el pasaje en el que estaba sumergida en el momento en que la llegada del ángel interrumpió su lectura. El formato y el aspecto del libro sugieren que se trata de un libro de horas. A finales de la Edad Media, los libros de horas eran los devocionarios privados más habituales en los hogares más acomodados y se utilizaban también con frecuencia para enseñar a leer a los niños. Asistimos entonces, en esta Anunciación, al nacimiento de algo nuevo: la Virgen de Martini ha dejado de ser la inocente ingenua que los teólogos solían ver en ella. María es una mujer inteligente, que domina un arte practicado por las mujeres ilustradas del medioevo tardío: el de la lectura silenciosa, que permite apropiarse libremente de saber y conocimientos, no por obediencia, sino gracias a la lectura y al estudio. Y es natural que cualquier persona tan profundamente absorbida en la lectura como esta María se sobresalte cuando se la interrumpe.
Muchas gracias, Antonio. El análisis del cuadro de Stefan Bollmann es muy acertado. Explica al espectador del cuadro los elementos más relevantes. Y, sí, esa María que nos muestra Simone Martini no corresponde a la visión teológica habitual de la madre de Jesús.
No obstante, en la Anunciación, según el evangelio de Lucas que ahora estamos traduciendo en clase, María se muestra sorprendida, atónita, ante el saludo del ángel Gabriel; pero al tiempo- nos dice el evangelista- medita sobre cómo interpretar esas palabras. Incluso, ¿desde la ingenuidad?, le replica que cómo va a quedarse embarazada si -dice literalmente- no «conoce varón».
Sin embargo, a diferencia de lo que le sucedió a su pariente Zacarías castigado con la mudez, no es reprendida ni sancionada. Por el contrario, el ángel aduce como prueba de la verdad de sus palabras el caso de su pariente Isabel, la mujer de Zacarías, una mujer estéril y de avanzada edad que está en su sexto mes de embarazo (de Juan Bautista). Finalmente, María adopta una postura de sumisión total, de aceptación de la voluntad divina como, según ella misma dice, «esclava».
Pero, justo a continuación, nos relata Lucas que María se levanta y con apresuramiento se dispone a visitar a su pariente Isabel. ¿Para qué? ¿Acaso para comprobar la veracidad del relato del ángel? Si es así, ¿es María la mujer ingenua y confiada que a menudo se nos ha transmitido? No lo es, al menos en el evangelio de Lucas, donde las mujeres ocupan un papel relevante en la historia de Jesús.