Lo comentábamos de nuevo hace pocos días, hablando de las declaraciones de Inger Enkvist que defendía la educación diferenciada en algunos casos especiales; la mayor conflictividad y fracaso escolar de los chicos, a pesar de lo cual las chicas continúan siendo reticentes a las carreras científico-técnicas, la falta de correspondencia entre la mayor formación de las mujeres y su estancamiento en el mercado laboral y entre el profesorado universitario, el «techo de cristal»… son algunos de los temas tratados hoy en una artículo aparecido en el diario EP que resume bien esta temática, la ilustra con esta imagen:
Hola Antonio, saludos desde «abriendo puertas» en Pechina (Almería). Desde luego no se puede pedir más inmediatez. Precisamente esta mañana he leido en su versión «material» este artículo. Ha aprovechado asimismo para consultar los enlaces que propones y son de lo más interesante. Resumiendo son ya muchas las fuentes donde se está discutiendo sobre el tema de la «educación diferenciada» y para los que estudian «políticas públicas» lo primero que se dice es que para que aparezca algo que incluir en la «agenda» deben de existir «grupos de presión» interesados en el tema. Este debate no es baladí. Independientemente de las justificaciones teóricas que queramos establecer como sustento me parece que los centros educativos con herramientas bien utilizadas como la atención a la diversidad y la coeducación no deben ver un problema en el desajuste de resultados académicos entre niños y niñas. ¿Por qué como justifico entonces a mis alumnos (varones) que sacan sobresalientes o al contrario a mis alumnas con fracaso escolar y absentismo? Creo sinceramente que hay un componente social y emocional mas importante que las «diferencias biológicas» que puedan tener.
¿Es también la sociedad en general, diferenciada?.
no depende de los alumnos si no de los profesores que te toquen .